¿MISTERIOS ARQUEOLOGICOS EN LOS ANDES?

Marcelo Saavedra Osorio

Publicado el: 12-02-2024

    


Las altas culturas, han dejado las indelebles huellas de su paso por la historia. La cultura Sumeria, cuna de la civilización humana es una de ellas, según los estudios parece haber sido la que dio inicio a la aventura del hombre como sociedad desarrollada.

 

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RESUMEN

Las altas culturas, han dejado las indelebles huellas de su paso por la historia. La cultura Sumeria, cuna de la civilización humana es una de ellas, según los estudios parece haber sido la que dio inicio a la aventura del hombre como sociedad desarrollada. En Sumer actual Irak, se habría dado el surgimiento de realidades sociales y culturales, organizando el avance hacia las primeras Ciudades Estados. Con ello, surge la escritura, cánones morales y jurídicos, elementos esenciales para la democracia. Al mismo tiempo un avance sustancial al sistema económico. Es evidente, que en la antigüedad la dispersión cultural de una sociedad estaba limitada a su área geográfica, de acuerdo a los paradigmas que la arqueología moderna ha sentado, como bases fundamentales de una cronología aparentemente exacta, dentro del rigor que la ciencia aceptada impone. La Fuente Magna y el Monolito de Pokotia, en Bolivia además de la Piedra Ingá en Parahiba Brasil, nos hablan de estos paradigmas de la cultura y las incongruencias arqueológicas que nos plantean, como si en un oscuro pasado los contactos entre culturas hubiera sido posible o el recuerdo de una de ellas en el registro de la memoria de otros pueblos, sumado a eventos astronómicos, toponimias y similitudes entre culturas que nos hacen suponer en influencias exógenas. Los misterios en torno a estas incongruencias nos llevan a la Cueva de los Tayos en Ecuador y la custodia de los indios Shuar de estos lugares sagrados, el nacimiento de los mitos en la búsqueda de ese eterno retorno, nos impulsan a conocer más a los ancestros depositarios de conocimientos herméticos sobre el origen de los pueblos andinos.
Palabras claves: Arqueología, Fuente Magna, Monolito de Pokotia, Dioses, Shuar, sumerio, Tiahuanaco, Puma Punku




ABSTRACT

High cultures have left the indelible traces of their passage through history. The Sumerian culture, the cradle of human civilization, is one of them; according to studies, it seems to have been the one that began man's adventure as a developed society. In present-day Sumer Iraq, the emergence of social and cultural realities would have occurred, organizing the advance towards the first City States. With this, writing, moral and legal canons, essential elements for democracy arise. At the same time a substantial advance to the economic system. It is evident that in ancient times the cultural dispersion of a society was limited to its geographical area, according to the paradigms that modern archeology has established, as fundamental bases of an apparently exact chronology, within the rigor that accepted science imposes. The Magna Fountain and the Pokotia Monolith, in Bolivia, as well as the Ingá Stone in Parahiba Brazil, tell us about these paradigms of culture and the archaeological inconsistencies that they present to us, as if in a dark past contacts between cultures had been possible or the memory of one of them in the memory record of other peoples, added to astronomical events, toponymies and similarities between cultures that make us assume exogenous influences. The mysteries around these inconsistencies take us to the Cueva de los Tayos in Ecuador and the custody of the Shuar Indians of these sacred places, the birth of myths in the search for that eternal return, drive us to learn more about the ancestors. repositories of hermetic knowledge about the origin of the Andean peoples.
Keywords: Archeology, Magna Fountain, Pokotia Monolith, Gods, Shuar, Sumerian, Tiahuanaco, Puma Punku.


La Cultura Tiahuanaco
Fue una civilización que se desarrolló en el altiplano boliviano, en las cercanías del Lago Titicaca entre el año 500 y el 1000 d.C. correspondiendo al Horizonte Medio. Esta ciudad y la región sur del lago, se convirtieron en lugares sagrados para los pueblos ulteriores, es aquí donde se configuran algunos mitos. Los Incas, se habrían erigido como los depositarios de esta cultura, como sus ancestros. Es así que Tiahuanaco experimenta un periodo expansivo, absorbiendo a pequeñas comunidades andinas convirtiéndose en una civilización que iría colonizando territorios hacia el sur, tanto en los actuales Chile y Argentina. Un cambio climático alrededor del año 1.000 d.C., generando con ello sequias y hambrunas, y el colapso de la civilización fragmentándose en diversos señoríos.

La investigación científica, a veces también tropieza con artefactos difíciles de explicar y que no ajustan en la historia, esto lleva a negarlas y ridiculizar sus orígenes. Tal vez, la historia humana no ha sido contada de la forma correcta. Tal vez, existieron civilizaciones altamente desarrolladas, que apenas si dejaron sus huellas en pequeñas evidencias, que no pueden ser explicadas bajo los principios de la arqueología clásica y su temporalidad. Uno de los tantos misterios que plantea a la arqueología, es un artefacto de piedra acuñado como “Fuente Magna” o “Vaso Fuente” hallado por un agricultor a las cercanías del Lago Titicaca en Bolivia, cercano al emplazamiento de Tiahuanaco y Puma Punku. El último un apasionante emplazamiento que desafía en su construcción ingenieril, su perfección. Actualmente la “Fuente Magna”, se halla en exhibición en el Museo de Metales Preciosos Precolombinos, en La Paz, Bolivia.
En la Fuente Magna, es conveniente consignar que su filiación cultural y su datación es incierta, como asimismo la forma en que fue hallada. Aunque por años haya sido utilizada para alimentar a los cerdos.

Las culturas andinas, desarrollaron ceramios altamente sofisticados y ricos en sus expresiones culturales. Sin embargo, la Fuente Magna contiene inscripciones cuyas características en los estudios realizados, evidencia una iconografía en altorrelieve: serpientes, sapo y cabezas antropomorfas. El arqueólogo boliviano Max Portugal Zamora, realizó trabajos de restauración, pretendiendo descifrar las misteriosas inscripciones talladas en su interior sin mayores resultados, la vasija es original según estudios realizados posteriormente como una pieza prehispánica, vinculada al periodo formativo Pukará, esta cultura aparece en la región andina, entre el 100 a.C y el 300 d.C, en su expansión debió avasallar su entorno, sus asentamientos se hallaban a más de 3.000 metros de altura, logrando practicar una agricultura eficiente, domesticando alpacas y camélidos andinos diversos, sus sitios fueron localizados al sur del Perú en el departamento actual de Puno, expandiendo su influencia al Valle del Cuzco y Tiahuanaco, la cultura Pukará logró una excepcional producción artística, tanto en su cerámica como en la arquitectura logrando una influencia importante en el progreso de la cultura Tiahuanaco. La Fuente Magna, exhibe aparentemente elementos sumerios a través de la escritura cuneiforme en su superficie, hablamos que esta cultura se hallaba a 13.000 kilómetros de distancia del sitio de hallazgo, en una época en que la posibilidad de contacto era inverosímil. La Fuente Magna ha sido estudiada por arqueólogos bolivianos y de otras nacionalidades, pero también cuestionada por la academia científica, señalando que los caracteres en ella, habrían sido tallados posteriormente a su construcción original, por fortuitos depositarios, falsificándola al añadir las “inscripciones” logrando la sorpresa y el desconcierto de los investigadores. El batracio que aparece en su composición original ha sido visto, como expresión propia de la cultura proto sumeria, cuyo significado espiritual se va modificando de acuerdo a la cultura. Sin embargo, en la mayoría representa el símbolo de la fertilidad, la transformación y la curación, como elementos integrativos. La escritora e investigadora de la Universidad Abierta Interamericana, Débora Goldstern autora del libro “Secretos Subterráneos de los Mundos Olvidados” Cueva de los Tayos. Realizó una aproximación de la fuente a su originalidad, publicando un artículo, en el que consigna las investigaciones en torno a una traducción a través de diversos investigadores cuyos resultados se encuentran detallados en su blogspot crónica subterránea. Ella recibiría el aporte del hoy fallecido Lic. Freddy Arce Helguero, cuyos conocimientos en relación a la arqueología y la cosmovisión andina, ante otros temas que lindan con la atrevida formulación de hipótesis, acerca del pasado prehispánico y sus vinculaciones con dimensiones ocultas, siempre generaron controversia, pero nunca enturbiaron su objetividad y respeto por el trabajo sistemático y meticuloso de la ciencia, este investigador viajó a la zona en busca de respuestas que permitieran dar la oportunidad de un estudio de las inscripciones que contiene la vasija, logrando la autorización del Museo de Metales Preciosos de La Paz Bolivia. Según refería el profesor Arce, se tomaron fotografías y calcos de las inscripciones, las que serían enviadas a otros académicos, tomando la precaución de no indicar su origen, algunos de sus resultados solo hacen tener dudas sobre su falsedad o originalidad que podrían ser despejadas por investigaciones más acuciosas en el futuro. Su exhibición en el Museo ya es un éxito. Uno de los académicos que participaron en la traducción de los caracteres, fue el Doctor Alberto Marini quien tradujo las inscripciones señalando que estas eran sumerias. Sin embargo, fue el investigador norteamericano Clyde Ahmed Winters PhD.

En un artículo publicado en un medio electrónico titulado The Fuente Magna of Pokotia Bolivia (s/f), en su oportunidad, esta generó polémica con respecto a la escritura cuneiforme de la fuente magna. El Doctor Alberto Marini realizó la traducción informando que la escritura era cuneiforme, el doctor Winters señaló que la escritura lineal indicaba un origen proto-sumerio, la que se encuentra presente en muchos artefactos en Mesopotamia. Por otro lado, la religión Elamita utilizó una escritura idéntica denominada protoelamita, esta religión se asentó en el actual Irán la que fue influenciada por la religión sumeria-acadia. El Doctor Winters, estaba convencido que los investigadores no prosperaron en las traducciones, al negarse a comparar la escritura protoelamita y protosumeria, con otros sistemas de escritura que se utilizaron entre el 3000 y el 2000 a.C, Winters contrastó la escritura libio-bereber la que se utilizó en el Sahara hace 5.000 años. Esta escritura también fue utilizada por los protodravidianos (del Valle del Indo), protomandés, protoelamitas y prosumerios. Todos estos pueblos en la antigüedad, habrían estado asentados en África Central antes de la desertificación del Sahara en el 3.500 a.C. En opinión del antropólogo, explorador y escritor italiano, Yuri Leveratto la fuente magna es original en cuanto a las inscripciones sumerias.

El desaparecido Lic. Freddy Arce Helguero, señaló como concepto personal, acerca de la idea generalizada, la que está basada en evidencias sobre la escritura en algunas civilizaciones americanas, que según su opinión podrían ir en otra dirección, en cuanto a su interpretación, la escritura prehispánica nos presenta un desafío en su construcción y las influencias exógenas en sus hallazgos por la toponimia, Arce menciona algunas evidencias en culturas como la Olmeca y Zapotecas en su pleno desarrollo. Sin zanjar esta cuestión, debemos considerar que la investigación está abierta al descubrimiento de nueva información, que nos permitan refutar o respaldar algunas tesis, sobre contactos interoceánicos.
Entre varios estudiosos debemos destacar la apertura y amplitud del investigador norteamericano PhD Clyde Ahmed Winters. Quien tiene amplia experiencia en escrituras y lenguas antiguas, que ha centrado sus estudios en encontrar una relación de pueblos africanos en la América precolombina.

La escritura constituyó un acervo cardinal, en algunas culturas mesoamericanas. Sin duda que en los mayas, hallamos sistemas estructurados de su escritura.
Durante el periodo clásico en los siglos II y IX de nuestra era, la escritura en algunas culturas americanas se convirtió en un acto capital, se escribía en diferentes objetos y lugares en piedra (muros, dinteles, jambas, puertas, estelas, altares, tumbas, joyas), madera (cajas, herramientas), cerámica (vasijas, platos, vasos), papel y piel (códices) y hasta en los huesos.
Durante la conquista de América en el siglo XVI, se llevaría a cabo un proceso demoledor de la escritura, que obedecía a la concepción de dominación, que no solo representaba los intereses de la corana española sino las esferas políticas, económicas y religiosas. El escriturario maya era un sistema logo silábico altamente perfeccionado, pese a no tener la complejidad sintáctica de los años del clásico, conservaba una redacción de orden geométrica, la que potenciaba tanto el texto como el espacio que este ocupaba. Poseyendo una estética visual a través de sus imágenes en lo cotidiano, rostros y cuerpos antropomorfos, fitomorfos y zoomorfos. En la conquista el mayor proceso de destrucción, lo tuvieron los calendarios y todo lo sagrado en su ritualidad. Debemos entender que la ritualidad en opinión de Byung-Chul Han. Han, B. C. (2020) Rotula: “son métodos de afiliación y escenificaciones corpóreas. Los órdenes y los valores vigentes en una comunidad se perciben y se consolidan corporalmente”.

Los sistemas escriturarios prehispánicos se caracterizaron por su tipo jeroglífico y pictográfico, entendiendo que las grafías eran icónicas o pictóricas. El profesor Winters al traducir los signos de la fuente magna, nos dice en su traducción:

“Acérquense en el futuro a una persona dotada de gran protección en el nombre de la gran Nía. Este oráculo sirve a las personas que quieren alcanzar la pureza y reforzar su carácter. La Divina Nía difundirá pureza, serenidad, carácter. Usa este talismán (la Fuente Magna), para hacer germinar en ti sabiduría y serenidad. Utilizando el santuario adecuado, el santo ungüento, el sabio jura emprender el justo camino para alcanzar la pureza y el carácter. Oh sacerdote, encuentra la luz única para todos los que desean una vida noble.”
Algunos textos antiguos, indican que Ni-ash (Nammu o Nía) era la diosa que dio a luz al Cielo y a la Tierra, en los tiempos de los sumerios. El bajorrelieve que posee la pieza en sus interiores, es decir el batracio, es un símbolo de fertilidad y representaría a Nía, la diosa del panteón Sumerio. El Doctor Winters, apunta a que los signos estudiados corresponderían a una lengua pre-sumerias. Pese a ello, la iconografía de la pieza y como señalamos precedentemente, podría tener una correspondencia con la cultura Pukará, la que se hallaba en la zona del actual Puno y en las estribaciones del noroeste del Lago Titicaca. Los misterios en torno a la Fuente Magna y otros objetos, nos llevan a sospechas aun sin fundamentos de antiguos contactos transoceánicos.


Monolito de Pokotia
Esta singular pieza, fue descubierta durante excavaciones arqueológicas en el yacimiento de Pokotia, a 2 kilómetros de la ciudad arqueológica de Tiahuanaco en el Departamento de La Paz, al oeste de Bolivia durante los años 60. La ‘antigualla’ de Bolivia. Actualmente la estatuilla se halla en el Museo de los Metales Preciosos de la Paz Bolivia, junto a la Fuente Magna. Este artefacto posee una altura de 1.70 cm. Su construcción es lítica, hecha con técnicas de incisión y tallado, la representación es antropomorfa simbolizando a un hombre de pie, con los brazos a los costados cuyas manos abiertas se hallan unidas a la cintura. Posee brazaletes, taparrabos y tocado en su cabeza. Posee al reverso inscripciones cuyas características como la Fuente Magna, serían sumerio lineal o proto-sumerio, se destacan también escritura en las piernas y debajo de la mano izquierda, el estudio de las inscripciones hacen referencia al rol que ejercía en la comunidad, llamado el oráculo Pokotia o Fuerte Padre (Putaki). Las influencias que esta pieza reportaban era un referente de verdades y buenos augurios, consagrando la rectitud y sabiduría en los miembros de la comunidad facilitando el contacto con los antepasados. Las investigaciones del Monolito de Pokotia ha estado a cargo del arqueólogo boliviano Bernardo Biadós Yacovazzo y un equipo de investigadores como: el desaparecido Freddy Arce, Javier Escalante Moscoso, César Calisaya, Leocadio Ticlla, Alberto Vásquez, Álvaro Fernholz, Omar Sadud, Paulo Batuani y Rodrigo Velasco. Este equipo logró descifrar las inscripciones vinculándolo con otras piezas similares descubiertas en Bolivia. Las revelaciones que realizaron tanto el profesor Biadós como Arce, permitieron determinar que los caracteres de la parte frontal y dorsal de la pieza, corresponderían a una exégesis fundada en el quellca pictográfico, mucho se ha dicho de la carencia de escritura de los incas, la que hoy está siendo reinterpretada por la antropóloga y etnógrafa estadounidense Sabine Hyland, en lo referente a los quipus y su posible fonética. Lo que nos indica, que las investigaciones están todas abiertas. El quellca pictográfico del altiplano andino, hablado principalmente por sacerdotes de la cultura Tiwanaku clásica o Pucará, estaba vinculado a la idea, signos gráficos al mismo tiempo a signos coloreados, en tanto a dibujos y a pinturas.

Las traducciones del monolito estarían vinculadas a cálculos arqueo-astronómicos. Biadós y su equipo interpretaron los caracteres bajo esta premisa, la que dice así:

"En el tiempo en que Manco Capac y Mama Ocllo salieron de las aguas del lago Titicaca, apareció en el cielo una nueva estrella justo al lado de la Cruz del Sur. Sucesivamente, la estrella se hizo más pequeña y luego desapareció del cielo. Se veía sobre los montes en el horizonte entre dos montañas y comenzó a brillar el tercer día del cuarto mes."

De acuerdo a esta interpretación, la parte dorsal del monolito referiría la explosión de una supernova o la eyección de una estrella, justo cuando la célebre leyenda de Manco Capac y Mama Ocllo contaba que ellos salieron, o bien, “nacieron” del lago Titicaca. Esta traducción contiene el hecho de que en el monolito está consignado un evento astronómico como la eyección de materia de la estrella Eta-Carinae, en la Constelación de la Quilla observada en Tiwanaku, según profundos estudios de fenómenos astronómicos vinculados a las posiciones estelares en aquella época antigua. Como la posibilidad que se haya visto hace 11.000 años, época fuera de la cronología de Tiawanako, la explosión espectacular de la supernova Vela en la Constelación Austral Vela, consignada por el Observatorio ESO en Chile y la Asociación Estadounidense de Observación de Estrellas Variables. Mircea Eliade (1991) nos dice. “el mito es fundador de mundos; es un relato creador y evocador, que revela a los pueblos como era todo antes de que ellos habitaran la tierra”.

Cabe precisar que un evento astronómico similar, aparece registrado en un glifo en Xihuingo en Hidalgo, a pocos kilómetros del centro arqueológico de Teotihuacan, en México hacia 393 d.C. En los anales astronómicos de chinos, japoneses y coreanos quienes consignaron el mismo evento astronómico, de una brillante luz el 28 de febrero y el 29 de marzo de 393 d.C., mismo que fue confirmado en 1975 por los cosmógrafos Clark y Stephenson. Siendo este el único registro, hasta ahora en América.

Por otro lado, el Monolito de Pokotia según el epigrafista Winters, posee una pictográfica proto-sumeria, quien también realizó trabajos de traducción a la Fuente Magna.

El profesor Winters publicó un interesante artículo en el medio digital “El Periódico” de Bolivia en 2021, allí establece la tesis de contactos transoceánicos de sumerios con América en el señala que Bolivia y Perú podrían ser el “País del Estaño al Oeste” o la “Tierra del Ocaso” consignados en antiguas inscripciones sumerias recogiendo el trabajo del profesor A.H. Sayce, en sus investigaciones asevera que los sumerios habrían navegado desde Egipto, nordeste de África y el Valle del Indo, buscando metales. Cabe precisar que las corrientes marinas frente a las costas de África tanto la Benguela, como la corriente Brasil podrían hacer llegar a América una embarcación en busca de mercancías. Incluso una a la deriva con pertrechos suficientes para la tripulación. Como señala Maura (2019) que los vientos alisios por la rotación de la tierra, se desvían hacia occidente, soplando del noroeste al suroeste en el hemisferio sur y será en este donde las naves y veleros se verán espontáneamente impulsados hacia las costas de Brasil, Venezuela o el Caribe.

En ese mismo trabajo Winters reproduce, un texto del profesor Sayce llamado “Geografía de Sargón de Acad” en donde se menciona que Kuga-Ki era parte del imperio, algunas evidencias en Brasil tan notables como la Fuente Magna y La Estatuilla Pokotia, nos lleva a la Piedra Ingá que ya veremos en el desarrollo de este artículo. El rey Sargón menciona en el 2700 a. C. que Kuga-Ki formaba parte de su imperio. en dicho trabajo publicado en la revista Ancient Egypt, el profesor Sayce, traducía una tablilla escrita por un funcionario asirio del siglo VIII a. C. En ella se afirma que el imperio de Sargón I incluía “los países desde donde sale el sol hasta donde se pone, que Sargón el […] rey conquistó por su mano,” y entre muchas otras tierras “el País de Gutium,” “el país de los Muru (Amorritas)” y (Kuga-Ki) “el país del Estaño que se extiende más allá del Mar Superior (el Mediterráneo).”

Para Biadós habrían existido contactos transoceánicos, considerando para ello que los sumerios habrían remontado el Tigris y Éufrates, teniendo a la actual Isla de Bahréin antiguamente denominada Dilmoun en el Golfo Pérsico, cercana a la Península arábiga, excavaciones arqueológicas recientes indican que habría sido un importante puerto hace 3.000 años a.C., llegando a la desembocadura del Indo hasta llegar a Mohenjo Daro en el actual Pakistán donde se comerciaba con incienso, oro y cobre. Circunnavegando las costas africanas en dirección a Cabo Verde, en el tercer milenio a.C. Este investigador piensa que esa ruta de navegación, fue casual hasta llegar a las costas brasileñas, en lo que sería el actual Piauí o Maranhao. Pudiendo haber remontado el Río Amazonas por el Madeira y el Río Beni, desde allí habrían llegado al altiplano andino. En un tiempo que el clima era más benigno, mezclándose con los asentamientos de la cultura Pukara la que provenía de la Amazonia y cuya fuente habría sido la cultura Arawak en conjunto con la gente Colla, cuyos sucesores hoy hablan la lengua aimara. En este último caso habría ciertas similitudes entre esta lengua y la proto-sumeria en opinión de algunos investigadores. Este intercambio ejercido entre la cultura proto-sumeria y la andina podría explicar tal vez, el hallazgo de coca en algunas momias de faraones egipcios. La toxicóloga alemana Svetlana Balabanova, examinó la momia de la sacerdotisa Henut Taui, hallando en el tallo del pelo, restos de coca y nicotina, debemos considerar que este hallazgo fue refutado, por la ciencia clásica, indicando que las muestras habrían sido contaminadas, lo que es imposible contaminar el tallo del pelo. oppdager Amerika, L. E. (s/f) Estas sustancias son originarias de América, aunque Balabanova indica que podrían haber habido variantes en África, hoy extintas. Lo que no ha podido ser demostrado. Lo cierto es que habrían sido introducidas luego de los viajes de Colon. El tabaco en China fue introducido en 1570 por Chen Zhenlong, un comerciante de Fujian. Este sería nativo de los Andes, al igual que la Erytroxylon coca, originaria de los pueblos aimara.



El misterio de la piedra Ingá
La Petra do Ingá, es un monumento pétreo arqueológico significativo, está ubicado en el Municipio de Ingá, en el estado brasileño de Paraíba, posee grabados en una roca cuyas dimensiones son de 24 metros de largo y 3 metros de alto.

Tiene aproximadamente 400 grabados, de estilos zoomorfos, entre otros que representan motivos abstractos y estrellas. La piedra de Ingá ha ido adquiriendo dimensiones importantes en cuanto a sus significados. Uno de ellos es el arqueo astronómico por parte del ingeniero español Francisco Pavía Alemany en 1976, llevó adelante un estudio matemático del petroglifo, estos estudios serían posteriormente publicados en 1986 por el Instituto de Arqueología Brasileira (Pavía Alemany F. 1986) En él se detalla un registro arqueológico relacionado con el orto solar anual mediante un sinnúmero de cuencos o “capsulares” junto a otros petroglifos grabados en la superficie vertical, como si se tratara de un limbo graduado constituirían un “calendario solar” en el que un gnomon proyectaría la sombra de los primeros rayos solares diarios. La Agrupación Astronómica de la Safor publicó en 2005 una síntesis de este trabajo en su boletín oficial Huygens N° 53 (Pavía Alemany F. 2005) Pavia realizaría otros estudio al glifo, orientando su investigación al registro de grabados en la superficie del cauce, donde se halla la piedra Ingá, detectando astros y constelaciones presentes, lo que le asigna al monumento como su entorno una concepción arqueo-astronómica excepcional. En esta misma dirección, durante el año 2006 el egiptólogo y arqueo-astrónomo José Llull publicó un libro Trabajos de arqueoastronomía, ejemplos de África, América, Europa y Oceanía. Compuesto por trece artículos, en el que participaron acreditados arqueo-astrónomos. En el que se hace referencia a la Ingá, como un sitio arqueológico de vital importancia. Los dibujos que exhibe el conjunto está compuesto: por espirales, surcos con variantes curvas y onduladas; otros zoomorfos, y aquellos que representan estrellas y motivos indeterminados.

Algunos investigadores han interpretado los signos, en un antiguo lenguaje que hace referencia a un conocimiento botánico, como lo indicó Telma Costa (2018) en su estudio de la Piedra Ingá, sobre la fertilización e hibridación de especies, como la ingazeira que es un árbol de mediana altura, especie típica de los bosques ribereños. Costa señala:

“La flor de la especie angiosperma que, como suelen presentar los Biólogos en sus esquemas cíclicos, se encuentra en el medio del suelo para que podamos ver su interior y la forma en que se produce una doble fecundación de la especie, se describe en el piedra del Ingá. Esto significa que la piedra del Ingá trae en sus curiosas figuras nada más que símbolos representativos de los ciclos lunares referentes al tiempo y a la doble fecundación de las angiospermas, en referencia a la flor de la Ingazeira”, la investigadora escribe en su libro que no existen evidencias de conocimientos botánicos desarrollados en las culturas estudiadas, pese a que la piedra Ingá revela en apariencia conocimientos de fecundación y cruces de la ingazeira.

En cuanto a sus inscripciones, el investigador brasileño-italiano Gabriele D’Annunzio Baraldi experto en lenguas antiguas, indica según su opinión que los glifos de la roca, relatan el acontecimiento del diluvio universal, escrito en una lengua análoga al hitita, practicado en el II milenio a.C. en Turquía. Y que refrenda el investigador Yuri Leveratto en cuanto a las investigaciones de Baraldi, como correctas, apuntando que la lengua contenida en la Piedra Ingá sería nostrático, el idioma más antiguo de la humanidad. Esta supuesta lengua, forma parte de una familia de ellas es decir, una macrofamilia, que también incluirían a las lenguas indoeuropeas, en conjunto con las lenguas urálicas, las lenguas altaicas, las lenguas afroasiáticas, las lenguas dravídicas, las lenguas kartvelianas, etc. Una adaptación sobria es la propuesta euroasiática que integraría algunas de las mencionadas anteriormente y otra línea que incluiría un término acuñado como euroasiático-amerindio equivalente al nostrático en sentido más amplio, para incluir a las lenguas amerindias. Otros investigadores, ven una correlación de símbolos celtas en la piedra Ingá, los que aluden a antiguos cartagineses con sus aliados celtas que habrían escapado a tierras americanas, luego de la derrota de los cartagineses frente a los romanos.

Elementos similares han sido encontrados en América, sin mencionar en el caso de la Fuente Magna, la biblioteca metálica que habría tenido el Padre Crespi en Ecuador, vestigios supuestamente extraídos de la Cueva de los Tayos por indios Shuar, cuyos símbolos similares se ven reflejados en los vestigios que hemos abordado en este artículo, como también en algunos grabados por cronistas españoles como Guamán Poma de Ayala que representaron en su ropas al último emperador Inca Atahualpa, símbolos que contiene el monolito Pokotia. La investigación está abierta, sin duda la arqueología en sus excavaciones tiene mucho que decir, considerando que muchos sitios arqueológicos apenas han sido orillados, como Tiahuanaco, Puma Punku, Machu Pichu entre otros y a la luz de nuevos descubrimientos que han tenido lugar en la Amazonía, con la tecnología Lidar.



Bibliografía
Alemany, F. P. (1986). El Calendário Solar da" Pedra de Ingá: una hipotesis de trabajo. Instituto de Arqueologia Brasileira.
Alemany, F.P. (2005): “La Itacoatiara de Ingá, un registro astronómico”. Huygens N.º 53. Agrupación Astronómica de la Safor.
Costa. T. (2018) “A Linguagem da Pedra do Ingá: Uma Nova Teoria Sobre a Origem do Alfabeto Fenício (Portuguese Edition) Edición Kindle.
Eliade, M. (1991). Mito y realidad. Barcelona: Editorial Labor.
Gabriele D’Annunzio Baraldi.En: http://www.gabrielebaraldi.arq.br/
Goldstern, D. (23 de junio de 2010) “Fuente Magna y Monolito de Pokotia– escritura cuneiforme en Bolivia-Primera Parte. Recuperado 22 de enero de 2014 en https://cronicasubterranea.blogspot.com/search/label/Monolito%20Pokotia
Goldstern, D. (2016). Secretos subterráneos de los mundos olvidados. Corona.
Han, B. C. (2020). La desaparición de los rituales: una topología del presente. Herder Editorial.
Leveratto, Y. Crónicas indígenas del Nuevo Mundo. Lulu. com.
Lull, J. (Ed.). (2006). Trabajos de arqueoastronomía: ejemplos de África, América, Europa y Oceanía. Agrupación de La Safor.
Maura, C. J. F. (2019). Redescubriendo América.
oppdager Amerika, L. E. Contactos transoceánicos precolombinos.
The Fuente Magna of Pokotia Bolivia (s/f) Recuperado 22 de enero de 2014 en: https://faculty.ucr.edu/~legneref/archeol/fuentema.htm


Autor Marcelo Saavedra Osorio
Lic. en Trabajo Social mención Estudios Latinoamericanos
Universidad de Artes y Ciencias Sociales (ARCIS)




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