Opiniones más comunes sobre los bancos
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Los primeros préstamos registrados en la historia de la humanidad datan del siglo XVIII a.C., en Babilonia. Estas formas rudimentarias estaban vinculadas a los templos, donde los sacerdotes prestaban dinero a los comerciantes y a las ciudades. Sin embargo, el primer banco moderno surgió en 1406, en Génova, Italia. Hoy en día, son muchos los que cuestionan los servicios que ofrecen y hay múltiples modelos y servicios que buscan abarcar los mismos problemas desde distintas perspectivas.
La base de la organización de un banco es la confianza. Sin embargo, algunos opinan que, ya que su propósito es ganar dinero, no pueden ofrecer la confianza que pregonan. Siempre existe un cierto riesgo de perder el dinero que se ha depositado en una cuenta. Algunos países en desarrollo, como es el caso de la Argentina, han tenido experiencias muy negativas. Por ejemplo, durante la crisis del 2001 en el país, por decisión del estado nacional, los bancos decidieron pesificar el dinero de sus ahorristas. De esta manera, confiscaron los dólares y devaluaron la moneda. Así pues, si la banca o el estado no pueden pagar, ¿quién se encarga?
Por otro lado, también es cierto que el objetivo principal de los bancos es aportar soluciones. Y en muchos casos, así lo hacen. A través de créditos y sus distintas modalidades es posible acceder a bienes que de otra manera resultaría imposible. Incluso a través del derecho a hipotecas hay una mayor accesibilidad a bienes como una casa o un auto. Hasta la fecha, son los bancos los que están autorizados a dar este tipo de créditos. Además, por supuesto, son evidentes las facilidades y la comodidad que ofrecen en el pago de servicios y transferencias.
Bill Gates, en los años noventa, argumentó que, si bien las personas necesitan de operaciones bancarias, no necesitan a los bancos. Las necesidades de las personas son reales: la posibilidad de un crédito, el acceso a bienes en diversas formas de pago o la inversión en pequeños negocios. Pero, según el filántropo norteamericano, es posible conseguirlo por otros medios. La tecnología ha demostrado que hay maneras de conectar a las personas que pueden y quieren tomar riesgos, con otras que necesitan de una inversión para continuar creciendo.
En definitiva, el argumento crucial a favor de los bancos es que los estados nacionales precisan de economías formales para retener parte de ese dinero y destinarlo a causas comunes: educación, salud pública, infraestructura y acceso a la vivienda. Todo esto no sería posible si no existieran las regulaciones. Asimismo, en tiempos de crisis, los estados deben contar también con créditos para poder atender las necesidades más urgentes.
La pregunta fundamental es si los gobiernos están dispuestos a ser transparentes en sus operaciones y tomar decisiones para la mayoría, en pos de la construcción de un mundo más igualitario.
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