Uno y Otro sexo

Andrea Safe
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Publicado el: 10/02/2011

    


Hoy, la pregunta habitual que se le suele hacer a una embarazada es si ya sabe qué es.
A veces la ansiedad por conocer el sexo llega a invadir, en la espera de lograr una confirmación. El discurso médico pareciera no demorar demasiado en ofrecer respuestas consistentes, no sólo gracias a las ecografías sino que ahora incluso afirma que los padres tienen la opción de elegir. Córdoba, asegura: ”Seleccionar el sexo de tu bebé ahora es posible".

 

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Uno y Otro sexo

Andrea Safe


Hoy, la pregunta habitual que se le suele hacer a una embarazada es si ya sabe qué es.
A veces la ansiedad por conocer el sexo llega a invadir, en la espera de lograr una confirmación. El discurso médico pareciera no demorar demasiado en ofrecer respuestas consistentes, no sólo gracias a las ecografías sino que ahora incluso afirma que los padres tienen la opción de elegir. Así, según un estudio de la bioquímica Adriana Baretta, se puede inclinar la balanza a favor de uno u otro sexo simplemente con una dieta y un seguimiento de la ovulación. El instituto Abif, de Córdoba, asegura: ”Seleccionar el sexo de tu bebé ahora es posible"(1) .
Expresión que estaría asociada más a un anhelo que a una realidad. Acaso, ¿la anatomía es el destino?(2)
Una ecografía determina anticipatoriamente un sexo, que será nombrado, imaginado, no sólo antes del nacimiento sino incluso bastante antes de su concepción.

Referencias a un sexo anatómico que, gracias a los estudios médicos, puede tempranamente ”conocerse", pero que sólo bastante más tarde quizá algo de su subjetivación pueda ”saberse".

¿Nena o varón? Los clásicos rosa y celeste, la perforación en las orejas con aritos abridores (no sea cosa que la recién nacida sea confundida con un varoncito!) los autitos y muñecas, los diversos decires y silencios, intentarán ir introduciendo allí una distinción. En un cuerpo que en los avatares de su constitución, lejos de perderse, irá quedando amarrado por los significantes que lo marcan, por los imaginarios que lo visten, por el goce que lo habita.

”Del lado del Otro [â?¦] el orden y la norma deben instaurarse, que digan al sujeto lo que es preciso hacer como hombre o mujer.", dice Lacan en Posición del Inconciente (3) .

De lo que se tratará es de ”hacer de hombre", ”hacer de mujer". Con lo cual ya nos ubicamos en el plano del semblante.
Hombre y Mujer son significantes. Son -y están- hechos de discurso.
Cuando alguien consulta, nada de sus caracteres sexuales, ni su modo de vestir, ni siquiera su nombre o lo que una ecografía haya determinado en su momento, nos dicen si hay allí un hombre o una mujer.
En esto el analista, como cualquier otro, no está exento de prejuicios.

Si los cromosomas, la anatomía, las hormonas, no son determinantes, ¿qué define ubicarse como hombre o mujer? ¿Puede el psicoanálisis decir qué implica ser hombre o mujer? Hombre o mujer. ¿Se trataría de una disyunción y de una suerte de elección entre dos sexos? ¿Hay dos sexos? ¿O, ante el debate contemporáneo en torno a la diversidad sexual sería válido sostener la idea de una multiplicidad? Transexuales, intersexuales ¿constituirían un tercer sexo?

Las cuestiones relativas a la sexualidad son abordadas a partir de diversos discursos −médico, psiquiátrico, filosófico, religioso, jurídico, político, económico, moral, educacional− que pretenden dar cuenta de la sexualidad detentando un saber.

Aquí considero que podríamos ubicar a la psicología moderna con sus desarrollos en torno a la pretendida ”identidad de género"4), que, desde el discurso universitario parte de un cúmulo de supuestos saberes. ”Supuestos" en tanto el psicoanálisis introduce una subversión del sujeto: el sujeto del psicoanálisis es el sujeto del inconsciente.

Y no hay nada en el inconsciente que dé cuenta de una dualidad en torno al sexo. Así lo dice Lacan: ”Lo que nuestra experiencia demuestra de vacilación en el sujeto en lo concerniente a su ser de masculino o de femenino, no ha de relacionarse tanto con su bisexualidad biológica, como a que no hay nada en su dialéctica que represente la bipolaridad del sexo [â?¦]" (5)

No hay representación de una supuesta bipolaridad, que dé cuenta de la existencia de dos sexos ”mucho menos de un tercero- sexos opuestos, y no sólo opuestos, sino además, pretensión neurótica, que sean complementarios.

Advertidos de esta imposibilidad, ¿cómo no caer en lecturas dualistas que giren en torno a polos opuestos?: masculino-femenino, activo-pasivo, fálico-castrado, goce fálico-goce femeninoâ?¦ Lecturas dualistas que podrían llegar a subsumir una idea de complementariedad.

Tal como dice Lacan, las cuestiones relativas a la alteridad del sexo quedan desnaturalizadas (6) . Esto a partir de la operatoria de la castración, que no sólo prohíbe sino que posibilita que algo de un goce, ligado a la palabra, se alcance: el goce fálico.
No hay una naturaleza que distinga a los sexos. La relación de los sujetos al goce sexual no es ”natural".

¿Y qué es el goce sexual? Si algo del goce sexual es formulable, articulable, será por el falo. El falo es el significante del goce sexual,

tiene el estatuto del semblante. Tal como lo advierte Lacan en su escrito La significación del falo (1958) el falo tiene que ver con una función. No es una fantasía ni un objeto; mucho menos aún el órgano que simboliza. Alrededor del seminario 18 (7) lo ubica claramente en relación al goce: el goce fálico.

El modo en que Lacan comienza a abordar la cuestión de lo femenino y masculino alrededor de los años ´70, es a partir de las llamadas ”fórmulas de la sexuación". Su pretensión pareciera no ser tanto la ”supuesta relación" entre el hombre y la mujer, sino la de cada sujeto con el goce fálico.

Las cuestiones relativas a lo sexual no se ordenan alrededor de lo anatómico. Tampoco contraponiendo un sexo con otro, lo cual podría llevar a decir que todo lo que no es hombre es mujer o a la inversa; o que un hombre es aquel que elige a una mujer. El asunto se sitúa en torno a la posición que cada quien asuma, no con respecto al otro, sino con respecto al goce fálico. Todo ser hablante, más allá de sus caracteres sexuales anatómicos, se sitúa de Uno u Otro modo en relación al goce fálico.
Los caracteres sexuales son, tal como se los suele nombrar, secundarios.

En las fórmulas de la sexuación tenemos: lado hombre, lado mujer. Todo ser que habla se ubica de Uno u Otro lado de las fórmulas. Preferiría hablar de Uno (lado masculino de las fórmulas) y de Otro sexo (que sería el lado femenino), Uno y Otro sexo, más allá de las cualidades anatómicas de cada quien o incluso de la identidad de género, ya que por ejemplo, en el caso de las histéricas, aún diciéndose mujeres, de acuerdo a la lógica planteada por Lacan, se ubicarían del lado hombre de las fórmulas. Entonces: Hay Uno, hay Otro. Otro, en este contexto, en tanto Otro sexo. Uno, Otro, que no son dos ni tampoco uno. Los sexos son más de uno, pero no son dos.

El goce fálico es lo que hace obstáculo a la pretendida relación entre Uno y Otro sexo. De ahí el aforismo: no hay relación sexual. Relación acá, en el sentido matemático del término: como correspondencia de algo con otra cosa. No hay modo de escribir una relación entre Uno y Otro. No hay proporción, correspondencia del tipo: Uno es al Otro como el Otro es a uno. Porque el falo está siempre implicado en la sexuación es justamente lo que hace obstáculo.

De lo que se tratará quizá en las vueltas de un análisis será de cómo un sujeto reinventará las chances para posicionarse en relación al goce fálico pero más allá de él. De lo hommosexual (8) a lo hetero, lo notodo fálico, lo diferente del goce sexual, allí donde se juega el vacío, la inexistencia del Otro.

_________________________

1) En: www.abif.com.ar
2) Freud parafrasea a Napoleón quien dijo: ”la geografía es el destino" Presentado en las V Jornadas de Intercambio organizadas por seminario Freudiano Bahía Blanca, Alianza Francesa, Bahía Blanca, 04 de Diciembre 2010.
3) Lacan, Jacques, Posición del inconciente (1964), traducción de Ricardo Rodríguez Ponte para circulación interna de la EFBA.
4) Uno de los cuatro discursos postulados por Lacan en el seminario 17 ”El reverso del psicoanálisis"
5) Lacan, Jacques, Posición del inconciente, traducción de Ricardo Rodríguez Ponte.
6) Lacan, Jaques, Ideas directivas para un congreso sobre la sexualidad femenina (1958), Escritos 2, Buenos Aires, Siglo XXI, 2005.
7) Lacan, Jaques, El Seminario, Tomo 18, De un discurso que no fuera del semblante (1971), Editorial Paidos, Buenos Aires, 2009.
8) Hommosexual, no en el sentido de lo homo como igualdad sino haciendo referencia al ”hommosexuelle", tal como lo escribe Lacan en el seminario 20, donde la doble mm en homme designa ”hombre" en francés.



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