ANTROPOSMODERNO
PRESENCIA Y COMPARECENCIA. UNA APUESTA POR LA UNIDAD
Alberto Sánchez León

Todo lo que late es porque vive, tiene ser. La vida es el continuo latir de la propia existencia. Por eso, el cese del latido es el cese de la vida. No hay vida sin latencia, no hay vida sin presencia. Y el presente es todo.

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UNA APUESTA POR LA UNIDAD

Alberto Sánchez León


Todo lo que late es porque vive, tiene ser. La vida es el continuo latir de la propia existencia. Por eso, el cese del latido es el cese de la vida. No hay vida sin latencia, no hay vida sin presencia. Y el presente es todo.
La pre-esencia es lo que fluye en el comparecer. No hay presencia sin comparecencia. No hay vida sin patencia. La patencia es el ruido de lo inefable, su epifanía, su rostro.
Y es que no cabe latencia sin patencia ni presencia sin comparecencia, ni sombras sin luces.
Sólo por la patencia de lo real podemos llegar al ser, y del ser al Ser, donde presencia y comparecencia tienen lugar en un solo acto.
Muchas veces se ha intentado hacer filosofía desde la mirada de un solo punto de vista. Pero, lo real, la vida no es fruto de una alternativa, a lo real no se accede por una sola vía (lo latente o lo patente), sino que la vida es conjunción, armonía, conformidad, nunca alternativa.
Mirando la obra de Caravaggio (La vocación de San Mateo) uno puede observar cuán experto era el pintor haciendo uso de la penumbra, pero no habría penumbra sin luces, de ahí la técnica del claro-oscuro. Análogamente, la vida es tensión, mezcla, unidad de opuestos. Heráclito decía que polemos pathr pantwn (la guerra es la fuente de todas las cosas), y no le faltaba razón.
Hay algo que está latente y escondido, pero que se hace patente en el continuo devenir. La tensión es el resultado de la unidad. La tensión es estática porque los extremos que tensan son dinámicos. La tensión es pues la comparecencia de la presencia, la patencia de todo cuanto late.




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