Cosmogonía de lo no dicho o existencia de lo decible

Sebastián Diaz
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Publicado el: 10/03/06

    


scribiendo un pequeño relato cotidiano lleno de recuerdos en tiempo real, con señales justas y significativas para un receptor dado, me encuentro en una posición privilegiada, aquella que te da el intimo momento de verse a uno mismo recortado del contexto...

 

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Cosmogonía de lo no dicho o existencia de lo decible
Relato perdido

Escribiendo un pequeño relato cotidiano lleno de recuerdos en tiempo real, con señales justas y significativas para un receptor dado, me encuentro en una posición privilegiada, aquella que te da el intimo momento de verse a uno mismo recortado del contexto, recordado a la vez que olvidado por el mismo, y la simple complicidad que se puede encontrar al hablarle de uno a otro, al contarle un simple hecho cotidiano, así continuo por un espacio de tiempo corto pero dilatado que se deja modular por el ritmo y la riqueza de esa simple y dirigida descripción que se le hace a uno que te conoce. Termino el relato, el informe si se quiere y en un segundo se cae el sistema borrando mi relato para siempre de la realidad... me quedo pensando, e intento reconstruirlo pero el hecho de mirarlo o recordarlo me hace esquematizarlo, idealizarlo, en fin lo convierte en una estructura opaca que olvida la espontaneidad de la descripción, esa descripción con palabras imprecisas pero justas, con doble sentidos sutiles que son capaces de trascender la estructura convencional de lenguaje, en fin, se ha ido como se van todas las cosas que decimos cuando pretenden permanecer.
Continua mi día, escuchando música, sintiéndome con energía y esperanza, viéndome también a mi mismo en este pequeño trazo de sentido que pretende ser ideal, trascendente, ¿cual? : el sentido que te da la sensación plena de verte y sentirte mejor por escuchar una canción o ver una película que te identifica, al final es eso, la música, el arte, una efímera identificación con algo que escapa, sin embargo retorna en mi cabeza la cuestión sobre, el que habré querido decir, ¿será que era necesario decirlo o el hecho mismo de que se haya borrado crea un nuevo relato, una nueva descripción?, y claro cuando uno quiere contar algo sobre una rutina sin mayores sucesos relevantes, algo guiado por una mirada imprecisa que no carga sino solo con el peso de ese vago momento inconciente, tal vez no se haya perdido nada, a fin de cuentas sigue siendo parte del relato el hecho de que ya no este escrito, pero es ese el problema, es ese el limite de la pregunta sobre lo que falta, algo falta porque teníamos un mapa, un esquema del total, una pretensión de sentido, así retorno a la cuestión de la comprensión, ¿que esperamos decir cuando decimos?, si alguien no me escucha que sucede, si el relato es una descripción, es también una medida, una distancia propuesta para entender, para tener a foco los hechos, los conceptos, lo que sea, entonces vuelve el anima del lenguaje a buscando llenar los cuentos sin oyentes,,,



La realidad como conjunto de omisiones


En este momento me vuelve a la mente un pedazo de una introducción de un libro que alguna vez leí cuando estudiaba, era un libro sobre el surrealismo, un libro lleno de reseñas y referencias, así este libro compilatorio cabria en un genero ideal donde el autor se abstrae del contenido, es un resumen de cosas que a fin de cuentas no son creadas por él, en fin, decía; este libro esta lleno de omisiones mas que de citas,,, no me recuerdo como continuaba, pero a fin de cuentas esa sola frase cambiaba el sentido de un libro que debía ser entendido como ?referido a?, un tema en particular, en este caso el surrealismo, ya no era mas un libro que hablaba sobre el surrealismo, esta vez el libro era un objeto activo, tal vez surrealizante en la medida que te hacia ver que lo que tu veias en el fondo era lo que habría sobrado de el inmenso cúmulo de cosas no dichas, esta claro, es un recurso que nos dispone de cierta forma de un modo distinto, que define los limites y formas de la mirada mas que hablarnos específicamente de algún tema, es un juego, una pregunta sobre el lenguaje, entonces vuelvo a preguntarme, que habré querido decir, donde la pregunta misma por eso que falta se transforma en una ingenua y tautológica referencia infinita; no existe lo que se quiere decir porque no esta dicho, porque no existe como dato previo, de lo contrario, este querer decir aparecería siempre como algo dicho en plenitud y simplemente traducido a la realidad. Al traer una idea a la realidad, y con realidad quiero decir contexto y forma, se produce la creación de la misma, y con ello los limites de su comprensión, ahora, la comprensión se limita de esta manera, a el rigor del sistema del lenguaje, la comprensión es la corroboración de algo que no es mas cercano al contenido de lo que lo es al observador, a aquel que comprende, ya no porque tiene la capacidad de comprender sino porque esta incorporado en el mensaje. Entonces vuelvo a preguntarme por las cosas no dichas, por el infinito divagar que promueve la inercia de la forma, la persistencia de la palabra, quiero decir, la persistencia necesaria que debe tener el léxico en general para sedimentar en una forma significante, debe poder ser constante, inmutable para poder ser capturado por un código escribible, repetible, repetición que a su vez funda la convención, el encuentro en un punto ya conocido. Así, fruto de esta pequeña fisura del sistema ideal del lenguaje, ocurre que la mayor parte de las cosas, no son dichas, estas permanecen en la posibilidad de existir, y sin embargo existen de alguna forma, o mas bien existen sin forma, estas permanecen al margen de la forma del contexto por lo que contribuyen a la construcción del lenguaje en términos abstractos pero no en términos lógicos (Wingestein), nosotros, podemos imaginar que las cosas que no decimos son justas o dignas de comprensión, sin embargo no percibimos la incompatibilidad del lenguaje pensado o no dicho con la comunicación misma, la corroboración lógica con la espontaneidad del uso sin respuestas, sin formas de calibración y depuración de lo que se quiere decir, simplemente no se dice nada hasta que otro no es capaz de rebatirlo. Uno cree que tiene una idea con cierta complejidad o construye un recuerdo que se sitúa en un lugar especial dentro de nuestra organización de recuerdos e imágenes, sin embargo, al igual que otras figuras referenciales como los sueños, jamás tienen una plenitud donde saberse reales o irrefutables, precisamente porque son residuos de un sistema que esencialmente se ha creado para comunicarse. Es cierto que a este punto aparece como necesaria la idea del origen del lenguaje o mas bien la idea de la comprensión funcional de este, también en el mismo instante donde se intenta tener alguna referencia sobre esta aparente metodología o herramienta humana, aparece como irrelevante la confrontación arqueológica de la pregunta sobre el lenguaje en la medida que esta nos lleva a una tautológica de la forma, como seria la clásica referencia a el origen, (que es primero el huevo o la gallina) , referencia que no hace mas que mostrarnos los dos polos contemporáneos donde puede darse esta oposición dialéctica a saber; a priori ? a posteriori, conceptos que nos hablan primero que nada de una visión analítica y por ende si se quiere, siempre a posteriori, pero esto se vuelve también irrelevante o mas bien neutralizante en relación al fenómeno del lenguaje en la medida que se transforma en un análisis sin contexto puramente abstracto donde la funcionalidad aparece como referencia arbitraria, lo que nos debe preocupar es el como las cosas no dichas viven en una porción de la realidad, como esta porción al ser dueña de la posibilidad, puede sugerirnos por una fisura del sistema, una existencia que promueve la creatividad o el error. Esta fisura la describo como la posibilidad de las cosas de no ser comprobadas en términos formales y con esto de ser cambiadas infinitamente, a fin de cuentas es fácil darse cuenta que las cosas no dichas son ?todas?, y con esto quiero decir todas las posibles, cosa que remite a la estructura, a las posibilidades que da la idea misma del lenguaje, aclarando un poco el tema del origen de este, definiendo con mayor claridad el modo histórico, la evolución a veces practica a veces supersticiosa, en fin, los infinitos matices dentro de la historia de un fenómeno que a fin de cuentas hace al hombre hombre, lo define en relación a la imposibilidad practica de decir lo contrario, si puedo decir que el hombre es esto o esto otro, el hombre existe en cuanto lenguaje, en este punto cito a foucault con su celebre frase; ?el hombre es una invención nueva?, en donde la invención esta precisamente fundada en la discusión sobre que es el hombre, sobre como este se piensa, definiendo así un maravilloso cúmulo de cosas no dichas en cuanto cosas nunca formuladas en su especificidad pero tal vez definidas en cuanto presencia, presencia ya no de la forma sino mas bien del soporte, de la estructura o conjunto de la totalidad capaz de albergar lo dicho, o mas específicamente; lo decible.

Comprensión negativa y realidad contemporánea


De esta forma se vuelve extremadamente útil una metodología negativa del la comprensión, negativa en el sentido estructural del sistema, volviendo de esta forma a los inicios de la lingüística o mas precisamente al estructuralismo en la lingüística me refiero a la naturaleza de la comprensión dialéctica de significar una cosa por lo que no es, delimitando de esta forma la prevalencia de la estructura por sobre la idealidad del contenido, es una metodología de la necesidad en la medida que esta se da en un momento en donde el sujeto no soporta mas la infinidad de sugerencias y juicios sobre la capacidad de este, sobre la a veces ingenua pregunta sobre el porque de la comprensión en un individuo dado, este mas bien decide definir un sistema en vez de tratar de leer la supuesta realidad de los contenidos, la realidad se crea, y se crea para un grupo dado, grupo que en primer termino esta definido por el grupo hombre, en el cual caben todos aquellos con la posibilidad de pactar un encuentro por medio del lenguaje creando con esto la libertad instrumental que da la conciencia de un lenguaje a base de la convención, de la forma de decir, sistema en donde la referencia y el contenido son siempre variables desde el momento que ya no es lectura de la realidad si no que escritura de sus limites. Con esto la figura de lo no dicho posibilita y define una problemática que se refiere a la deformación del lenguaje, no tanto en cuanto a forma sino mas bien en cuanto a respuesta sobre la valoración de los hechos de la vida diaria, la posibilidad de decir las cosas de tantas maneras como sea posible es acompañada de la formación de una nueva ética existencial que influye en todas las esferas de la realidad del hombre contemporáneo, así, por ejemplo la religión sufre cambios que si bien tienen un carácter mas cercano a una idea de erosión histórica y cultural que a una reinterpretación general, estos se manifiestan como duda o apatía en términos de la fe; las infinitas oposiciones formales que puede albergar nuestra realidad contemporánea ya sea en términos de mixtura social, ideológica o en términos racional-practico como el actuar de la ciencia y la tecnología, nos muestra que la posibilidad de la existencia de aquello que no esta dicho se presenta como disposición compatibilizante de la realidad, creando de esta forma una continuidad de los distintos discursos una vez existentes como oponibles e irreconciliables, la creencia en dios o en un determinado sistema político no se opone a la practica racional de la ciencia o a la continuidad posibilizante de un sistema capitalista que se alimenta de discursos vendibles. El hombre de nuestros días se sirve de esta aparente pequeña sutileza que deja el residuo metodológico de comprender y asumir la estructura de lo dicho como soporte para lo posible perdiendo de vista la jerarquía que alguna vez dio la determinación de una supuesta realidad ideal, transformando para siempre la palabra en algoritmo de un sistema mayor que perfectamente puede prescindir de un sujeto, fenómeno atingente a la era de la información, donde la información promueve un reemplazo funcional del conocimiento en cuanto a forma ahistorica; todo es información, sin embargo poco es conocimiento en cuanto referido a un sujeto contextual para el cual una información dada implica una relevancia única e identificatoria, en fin perdida de la epistemología fundarte de un grupo a cambio de una flexibilidad de la forma.



Graduado en arquitectura y urbanismo, Proyecto final: ?Mediateca en Plaza ñuñoa?,EspacioPúblico como espacio mediatico.

Tesis: Investigación semiótica sobre el lenguaje en arquitectura ?Lo ironico comooperación en el lenguaje?



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